Como dijimos ayer, tenemos la computadora en default así que hay que agudizar el ingenio y nuestros escasos conocimientos de la ciencia digital para publicar algún material en el blog. Por ejemplo estas fotos de cuatro tapas de Rayo Rojo dibujadas por Joao Mottini en 1951.
En 1954 este gran artista brasileño ilustraria las portadas de Cinemisterio y hacia 1958 tomaría a su cargo las tapas de Patoruzito, un trabajo realmente memorable.
Nota: Por ahora les debo los acentos y recortar las fotos…gracias que las pude rotar
Hace algo más de un mes publicamos una nota titulada «Una extraña historieta sobre la Guerra de Malvinas» en la cual se reproducía un trabajo de Ricardo Barreiro y A. Roux aparecido en 1987 en Super Skorpio donde -sin mencionarlo- se alude claramente a dicho conflicto bélico pero trasladado al futuro. Ahora gracias a la memoria (y el archivo) de Luis Ramón Molina podemos rescatar «Islas II», historieta de similar enfoque publicada en la revista Fierro en 1986 dentro de la serie «Asteroides».
Con guiones de Emilio Balcarce y dibujos de Marcelo Pérez, la serie «Asteroides» (subtitulada «Agujas en el pajar cósmico») constó de 8 episodios de los cuales el Nº 1 (Fierro 8) y el que aquí presentamos (Fierro 27) se centraron en el mismo tema. Para quienes quieran ver «Islas I» le dejamos el enlace de descarga del respectivo ejemplar de Fierro tomado de AHIRA, Archivo Histórico de Revistas Argentinas:
Cabe consignar que «Asteroides» fue recopilada en 2019 por Editorial Comic.ar en una edición de 64 páginas a todo color. En la introducción de dicho volumen se define a la obra de Balcarce y Pérez como «una serie de historietas breves en las que los autores empuñan las armas de la mejor ciencia ficción para sorprender con relatos que se apartan de toda corrección política para denunciar desde la predicción de inquietantes futuros distópicos, presentes mucho más inquietantes».
A través de Banda Dibujada nos enteramos del fallecimiento de Roque Vitacca, dibujante de larga trayectoria del cual nos ocupamos en notas tales como sus trabajos enPuertitas, la vida del Pibe Cabeza en historieta o sus colaboraciones en Billiken. Sumamos a ello la ficha de Vitacca en Mil Pumines que, con gran generosidad, recomienda Banda Dibujada en sus palabras de despedida al dibujante.
El MIG, Museo de la Ilustración Gráfica, de Buenos Aires está presentando en el CCRF (Centro Cultural Fontanarrosa, de Rosario), la Muestra Virtual «ALFREDO SABAT, HUELLAS DIGITALES», compuesta por caricaturas, time-lapses, ilustraciones y videos. Inaugurada el 30 de abril, la citada Muestra cuenta con curaduría del propio artista y compaginación de imágenes, textos y videos a cargo de Hugo Maradei, Gonzalo Cadenas y Nicolás de Brun.
Porque todas las imágenes que componen esta muestra fueron realizadas en formato digital, a través de una computadora.
La computadora es una herramienta más para dibujar o pintar, cuyo resultado es un archivo digital. Esto es porque hoy en día cualquier trabajo gráfico que se haga para ser publicado, tarde o temprano será pasado a formato digital.
Ceros y unos. Pulsos eléctricos que serán transmitidos para que una imprenta los convierta nuevamente en algo táctil al manchar con tinta un papel, o que nunca dejarán de ser pulsos al permanecer en el mundo virtual de la Internet.
Entonces depende del autor decidir a qué altura del proceso ese trabajo pasará a ser pulsos eléctricos, si se realiza originalmente en papel y luego se escanea, si la imagen se elabora completamente en la computadora o si es un proceso híbrido, mezclando un papel escaneado con coloreado por computadora.
Sea como sea, hoy toda ilustración pasa por ese mundo virtual, y a veces, nunca llega a existir físicamente como se lo ve en papel o una pantalla. Lo que antes podíamos llamar un “original”, algo que se puede tocar, se enmarca o atesora, tal vez no existe.
Sin embargo, quedan huellas de ese trabajo en las reacciones que causa. Se ve, se disfruta, hay reacciones positivas o negativas. Provoca una emoción. Y esa emoción que crean, sea de aceptación o de rechazo, sigue siendo tan real y tan virtual como antes, porque las emociones tampoco se pueden tocar.
Las emociones también son pulsos eléctricos que se mueven en nuestro interior. Así que todo cambia, y nada cambia. Entramos en un mundo digital en el que siempre estuvimos.
TOP-COMICS 