Como lo prometimos, publicamos hoy un episodio completo de «Legión Extranjera» realizado por Juan Dalfiume en 1965 y que junto a «Doc Sandy» y el western «Shane» (todas para Editorial Yago) muestran un cambio significativo con lo que había hecho entre 1961 y 1963 en Casco de Acero, en los números finales de Hora Cero e incluso en sus primeros trabajos para Yago. Esa madurez técnica fue seguramente la que le permitió ese mismo año 1965 iniciar su larga relación con Editorial Columba.
Es interesante destacar que cuando se publicó esta serie (guión de Angel Díaz) hacía sólo dos o tres años que Argelia había logrado su independencia. Sesenta años después el poder sigue en manos de la misma agrupación política que lideraba aquella lucha y gobernada por varios gerontes supervivientes de dicha guerra.
Antes de Dalfiume esta serie fue dibujada por Lucho Olivera y Horacio Altuna en uno de sus primeros trabajos como profesional y, por los pocos episodios que tenemos de ella, se centraba exclusivamente en las acciones de la Legión en Argelia. Esta Guerra fue también el tema de una historieta que Enrique Breccia dibujó en los años setenta para Italia y que se conoció años después en nuestro país a través de la revista Superhumor o tal vez Fierro.
En cuanto al cine, entre otras películas referidas al tema pueden mencionarse «La Batalla de Argel» (o «La Batalla de Argelia) (1966), producción ítalo-argelina dirigida por Gilo Pontecorvo y la francesa «Los Centuriones» también conocida como «Mando perdido» y Talla de valientes», de 1966. En esta película Anthony Quinn encarna a un coronel que había combatido en Indochina y Alain Delón a un oficial que objeta los métodos usados por las tropas francesas para combatir a los irregulares argelinos. Otro título: «El enemigo íntimo», producción francesa de 2007.
Un último y significativo dato: Al producirse la independencia del país decenas de miles de colonos de origen francés pero nacidos en Argelia fueron obligados a abandonarla mediante una poco sutil invitación: «La maleta o el ataúd». Muchos de esos expulsados conocidos como «pied noirs» (pies negros) llegaron a la Argentina para establecerse como agricultores, pero ninguna de las iniciativas al respecto pudo prosperar.