En 1978 apareció en Tit-Bits una adaptación de «Moby Dick» de Herman Melville dibujada por Leopoldo Durañona y Enrique Breccia. trabajo que fue reeditado en los años noventa en el Nº 3 de «Tinta Argentina», una colección realizada por Comic Press S. A. de la cual mostramos aquí la tapa y algunas de las 20 páginas que dibujó Durañona, en tanto que las 36 restantes estuvieron a cargo de Enrique Breccia. No le fue sencillo sin embargo a Ediciones Record concretar aquella publicación de 1978, cuya historia hemos sintetizado aquí en base a una nota publicada en aquel mismo año en la sección «El Club de la Historieta» de la revista Skorpio Gran Color.
La historia arranca en noviembre de 1966 cuando David Lipszyc comienza a editar la Colección Altamira (cuyo primer y único número número correspondió a «La Isla del Tesoro» ilustrada por Hugo Pratt) que incluía adaptaciones de otras famosas novelas como «Moby Dick» y «Los tres Mosqueteros y el Hombre de la Máscara de Hierro», esta última con dibujos a cargo de Arturo del Castillo. Durañona llega a dibujar las 20 páginas que hemos citado pero que quedaron inéditas ya que la iniciativa de Lipszyc no prosperó. Acotemos aquí que cada ejemplar de esta colección tenía el inusual tamaño de 27 x 35 cms., apropiado sin duda para el lucimiento de los artistas pero quizá poco viable para los kioscos o el gusto del lector común de historietas.
Lo cierto es que -tras ser expuestas en la Bienal de la Historieta realizada en 1968 en el Instituto Di Tella y en varios museos de Estados Unidos- aquella veintena de planchas fueron cayendo en el olvido hasta que en 1977 las obtuvo Editorial Record con el fin de completar la obra, pero la tarea no iba a ser tan fácil.
Para la época en que el trabajo de Durañona llega a poder de Record, el artista hacía dos años que estaba radicado en Estados Unidos y no aceptó continuarlo a menos que se le permitiera dibujarlas íntegramente, desde el comienzo al fin, criterio que la editorial no acepta y decide publicarlas tal como habían sido hechas una década antes, pero el destino puso un nuevo obstáculo…
El nuevo problema era el siguiente: Para realizar la adaptación Durañona había escogido los fragmentos que le parecían más interesantes y luego los dibujaba dejando un espacio para los textos explicativos y los diálogos, pero esos textos o nunca se habían escrito o se habían perdido. La solución en este caso fue consultar tres versiones en castellano de la novela además del original en inglés, y así, página por página se le fueron colocando los textos correspondientes, tarea para nada sencilla y en la que suponemos pueden haber intervenido Carlos Tiillo y Guillermo Saccomanno.
Para la segunda parte de la adaptación Record acudió a Enrique Breccia, cuyo trabajo veremos en la próxima nota. Y una última curiosidad: Trillo y Saccomanno contaron esta historia detrás de la publicación de Moby Dick a raíz de una carta publicada en el Nº 42 de Skorpio en la sección Correo y que firmaba Felipe R. Avila, dibujante y mentor del Grupo Rebrote, dedicado al estudio de la historieta.