INTRODUCCION:
A un siglo exacto del comienzo de la denominada Primera Guerra Mundial (aunque fue más europea que mundial), iniciamos una serie de notas para mostrar la forma en que este trágico tema fue abordado por la historieta de nuestro país, tratamiento que obviamente fue mucho menor que el dado a la Segunda Guerra Mundial, la de Corea o la de Vietnam, posiblemente por la cercanía temporal de esos conflictos.
Incluso en nuestra búsqueda previa descubrimos que el tema bélico tuvo un rol muy secundario en las primeras décadas de nuestra historieta, desplazada por las aventuras de exploradores de tierras misteriosas, aviadores, viajes espaciales o piratas chinos. Apenas terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, comienzan a aparecer tibiamente algunas historietas extranjeras referidas al tema en revistas como Intervalo (la vida de Orde Wingate, creador de los «Chindits») o en 1949 en Historietas («Ned Brant»).
La tendencia se acentúa en los años cincuenta siempre con la publicación de material extranjero, especialmente en las revistas de Codex, y luego si con creaciones locales entre las que destacan «Lord Commando» (de Oesterheld y Campani), «Corso Pete» de Carlos Clemen o adaptaciones de novelas y películas en D’Artagnan, hasta que finalmente la revista Hora Cero marca la consagración del género.
Esa «popularidad» adquirida por la Segunda Guerra Mundial en las revistas de historietas argentinas opacó el gran conflicto anterior, que en los años sesenta apareció en algunas revistas de segunda línea y muy poco en las de Editorial Frontera. Recién en los años setenta y ochenta adquiriría algo más de notoriedad en los títulos editados por Record.
Salvo por la adaptación de alguna novela o película referida al tema, la Primera Guerra Mundial estuvo ausente en las décadas iniciales de la historieta argentina. Aquí uno de los ejemplos más antiguos: la adaptación de la película «De regreso» (basada a su vez en la novela homónima) publicada en Aventuras a fines de los años cuarenta, con dibujos de Alberto Breccia. La obra de Erich María Remarque (autor también de «Sin novedad en el frente») narraba los padecimientos sufridos en la guerra por un grupo de jóvenes alemanes -todos ellos alumnos de una misma escuela-, muchos de los cuales murieron combatiendo y otros volvieron desfigurados o lisiados.
Este es, a nuestro entender, uno de los primeros guiones originales escritos en nuestro país respecto a la Primera Guerra Mundial. Su autor fue Horacio Salinas y se publicó en X-9 Extra en 1965 con dibujos de Héctor Hernandez.
Como se verá en las sucesivas notas, el combate aéreo tiene cierta preeminencia en el tema que estamos abordando. Aquí mostramos dos ejemplos: «Todos fueron valientes» de Sergio Almendro y Trento Fronza (Casco de Acero, 1962) y «Traidor», de Oesterheld y Oswal, publicado en Hora Cero Extra Nº 5, de Diciembre de 1958.