A pesar de lo mucho que se habla en la actualidad de la «unidad latinoamericana» y temas afines, la del Día de las Américas (14 de Abril) es hoy una celebración que parece haber caído en el olvido, sepultada tal vez por la avalancha de feriados y días «puente» que colman el calendario. Trataremos de subsanar ese olvido con una serie en la que iremos recordando distintas historietas cuyo eje fueron temas relativos a América Latina y a dibujantes provenientes de países hermanos que desarrollaron su actividad en la Argentina. Valga la salvedad de que -obviamente- dejamos fuera de este resumen las historietas ambientadas en el Lejano Oeste Norteamericano.
En 1958 se publica en Patoruzito la serie «El vengador de la Guayana», escrita por Leonardo Wadell y dibujada por Tulio Lovato. «Duroc, talentoso médico de la Marina Francesa, acusado de de haber dado muerte a su tío Labrú, rico banquero, es condenado a veinte años de prisión en la Guayana (…) condenado a trabajar en la selva, Duroc, con la ayuda del indio Samu, logra huir». De este resumen que hemos transcripto surge un cierto parentesco (al menos geográfico) con El Condenado, de Saccomanno y Mandrafina, en los años setenta. También en Patoruzito pero en 1947 se publicó «Jean de la Martinica», título que remite a una isla del Mar Caribe. Guión de Issel Ferrazzano y dibujos de Alberto Breccia.
A fines de los años cincuenta el guionista Alfredo Grassi realizó en la revista Aventuras del Oeste de Ediciones Universales una serie titulada “Mitos y Leyendas de la Tierra Americana» en la cual desarrolló temas como “Quetzalcoatl, la serpiente emplumada” o «El camino del Inca». Fue, entendemos, unas de las primeras veces que la historieta argentina tomó la historia americana como motivo de inspiración. Los dibujos estaban a cargo de Luis Angel Dominguez.
En 1959, cuando aún su actividad principal era el dibujo, Julio Alvarez Cao realizó sobre guiones propios el personaje «Billy Brandy» para la revista Impacto. Varios de los episodios de esa serie estuvieron dedicados a un tema que lo apasionaba, “su gran metejón” como confesó en una nota: el de los cangaceiros, los bandidos rurales del Nordeste brasileño y en especial de unos de sus mas temibles jefes, “El Lampeao”, un tema que años más tarde, ya volcado exclusivamente a su labor de guionista volvería a tomar para un episodio de la serie “Pier el Corso”, que dibujaba Juan Dalfiume.
La Revolución Mexicana fue -sobre todo a partir de los años setenta- tema de varias historietas de las cuales ya hablaremos. Pero ya en 1950 la revista Sucesos se ocupaba de una de las figuras más conocida de aquella gesta: Pancho Villa, en una biografía dibujada por Alberto Breccia. Se menciona también otra historieta referida a Villa que habría sido realizada por Arturo del Castillo y su hermano Jorge Pérez del Castillo, pero carecemos de precisiones al respecto.